La piel necesita protegerse. De los agentes contaminantes, las condiciones climatológicas externas. Y, para ello, desarrolla interleucinas, que son proteínas vasodilatadoras que actúan como agentes de defensa protegiendo las células y el tejido circundante.
De este modo, cuando se produce una respuesta frecuente la piel avisa a las defensas naturales mediante una reacción muy visible: el enrojecimiento e inflamación del tejido.
Corregir estos efectos y reducir el daño del tejido y los capilares de la piel es fundamental para una salud cutánea perfecta. Y para ello, conviene reducir la acción de las interleucinas y fortalecer la piel, además de mermar la actuación de la tirosinasa.
Esta medida, además, consigue reducir la despigmentación por exceso de melanina y minimiza las manchas cutáneas. Todo un tratamiento de mejora de la apariencia de la piel mediante la regeneración cutánea y su revitalización. Se llama oxigenoterapia facial.