La piel es el órgano que simboliza la primera protección ante las agresiones externas. Su composición está estructurada en tres capas: epidermis, dermis e hipodermis, en función de la profundidad de cada una. Es en esta última, en la capa más profunda de la piel, donde se origina la celulitis.
Los adipocitos realizan una acumulación de grasa con el fin de regular la temperatura corporal. Sin embargo, esta función se desequilibra cuando demanda y oferta son desequilibradas, de manera que las células grasas aumentan y generan abultamientos.
A este proceso se le conoce como celulitis y puede enviarse en mayor o menor medida con una serie de protocolos de prevención concretos.